Aprender
un idioma no sólo es útil para conseguir un puesto de trabajar o para viajar
por el extranjero. También repercute beneficiosamente sobre el cerebro, según plantean estudios científicos
recientes:
►Plasticidad
cerebral: Aprender un idioma modifica de manera positiva la estructura del
cerebro, específicamente el área que procesa información. Mejora la llamada plasticidad cerebral, potenciando el
aprendizaje y la memoria.
►Retrasa
el Alzheimer: Se realizaron estudios pacientes con Alzheimer, de los cuales la
mitad había hablado dos lenguas la mayor parte de su vida. Se encontró que las
personas que hablaban mas de un idioma empezaron a mostrar los síntomas de la
enfermedad entre 4 y 5 años más tarde.
►Más
concentrados: los niños que aprenden más de un idioma, tienen más capacidad de concentrarse y focalizar su
atención.
►Gimnasia
mental: Cuando una persona bilingüe cambia de un idioma a otro está ejercitando
su cerebro. Esto le permite manejarse en situaciones de multitarea, es decir,
trabajar en varios proyectos a la vez.
Fuente: MuyInteresante
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